- Área: 255 m²
- Año: 2012
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Fotografías:Jorge Lopez Conde
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Sólo el tiempo será quien construya esta obra que nunca finalizará. Nos encontramos en una población eminentemente rural, de veinte habitantes, pero con un censo extrañamente multinacional. El proyecto desarrolla la reforma y adecuación de una bodega “bicentenaria” en restaurante. La antigua galería subterránea será el comedor principal y en el bloque nuevo se disponen la zona de bar, cocinas y las dependencias auxiliares. La actuación busca construir la continuidad de sensaciones entre todos los espacios del complejo. La colina que alberga la obra está formada en su totalidad por tierra, extremadamente compacta cual roca parda que aporta unas condiciones energéticas óptimas.
La bóveda vieja fue excavada y tallada totalmente a mano, siendo este hecho determinante en todo el proceso. En el cuerpo contemporáneo se utilizó un hormigón tintando con un acabado extremadamente labrado en toda su superficie. Dentro del mismo se empotraron listones de madera pobre, vistos y destinados a pudrirse, capturando de esta forma el transcurrir real de los días... Se han querido construir las intuiciones previas.
El resultado sólo ha sido posible con el trabajo continuo, exhaustivo y experimental a lo largo de toda la ejecución. Todo hecho in–situ, todos hemos empleado las manos (¡hazlo tú mismo!), también los propietarios han intervenido en todas las fases, incluso la química… Pero la obra se debe a la tierra, que la engendra y la protege. Una materia dura, firme, grave,... marcada por la presión, el clima y el tiempo.